TODA ESTA FICCIÓN ES PRODUCTO DE MI CALENTURIENTA MENTE
- ¡Vengan ustedes para acá!
- ¿Qué quieres Javier?
- ¿Cómo que Javier? ¡Tú me llamas “mi capitán”!
- ¿Usted se cree que estamos en la mili?
- ¡Bueno! ¿Qué es lo que quiere usted?
- ¡Dadme los carnets!
- ¡Aquí lo tiene! ¡Dígame usted su número de afiliación!
- A ti no te interesa, pero tú eres el que dice que se va a encerrar en el ayuntamiento, y sabes que eso te puede costar 200 días de cárcel
- ¿Ahora también es usted juez?
- ¡Me cago en tó! ¡Con lo buena persona que es Crispina!
- ¡Ay, por Dios! ¡Cómo se ve que solo la conoce por la medalla que le dio!
- ¡Eso no tiene nada que ver! Ella siempre mira por el bien de su pueblo
- ¡Sí… claro… Ahora ella es el Mesías que quiere liberar a su pueblo…!
- Si yo hubiera estado en su lugar, os hubiese desalojado de la plaza el mismo día que llegasteis.
- Pues menos mal que le falta ese súper poder, porque si no, nuestra urbanización seguiría siendo un olivar.
- ¡Como debería ser! Marcharos, pero recordad que estáis fichados y os vendrá una sanción administrativa de 500 euros
- ¿También es usted delegado del gobierno y va a reclamarnos esa cantidad? ¡Es completito!
- No consiento que me hables así.
- Pues si no me llamas de usted, no creas que yo lo voy a hacer contigo
- No tenéis respeto por nada, y si por mí fuera, estaríais todos encarcelados.
- Otro súper poder que te falta…
- ¡Fuera de aquí, y sabed que no os voy a pasar ni una!
- Angelines ¿qué te parece la postura de éste?
- Lope, ¿tú te crees lo que este tío piensa de Crispina? ¡Que es una santa!
- Si sigue hablándonos así lo denuncio por abuso de autoridad. Pretende ser policía, juez, jurado y verdugo todo en uno.
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